A
cuatro quilómetros y medio de Agüero y por pista forestal se accede
al agregado de Agüero, San Felices. Pueblecito de 7 casas, abadía e Iglesia
dedicada a Santa María, antiguo Castillo y monasterio de San Felices,
igualmente documentado en los textos de las cancillerías reales. En 1042
Ramiro I dió a García de Aragón, obispo de Jaca, los monasterios de Sásave
y Castillón y entre ellos se menciona " ... y en la Extremadura
el monasterio de San Felices que está entre Eliso y Castellmanco..."
La iglesia parroquial, bajo la advocación
de Santa María, es románica tardía, de una sola nave (fué modificada
en el siglo XVI), con arco románico en la entrada, que soportan capiteles
con
adornos florales encerrados en tres círculos y león pasante por la cara
exterior; por la interior, hojas, piña y el clásico ajedrezado.
Completan el reducido casco urbano, corrales,
parideras, horno de cocer pan, herrería y los huertos próximos. La iglesia,
que está sentada en un roquedo, tiene a sus pies la confluencia de los
dos barrancos (Artaso y Novillano) que a partir de este momento discurrirán
juntos en dirección Sur (hacia Sancitol). La imagen de la aldea de San
Felices, desde su acceso por la pista, es similar a la del más fiel guardián
del camino que otrora protegiese el acceso a todo el que desde las Cinco
Villas (Fuencalderas-Biel) caminase en dirección a San Juán de la Peña
por Salinas de Jaca ... "(Cristóbal Guitart)"
Es de reseñar que así como los obispados
de Pamplona y Jaca sostuvieron largos pleitos por Agüero, Murillo, Eliso,
Tolosana, Castellmanco y Serracastiella, nunca en ellos aparece San Felices,
a pesar de estar, como se ha dicho, entre Eliso y Castellmanco, ya que
siempre perteneció a la diócesis de Huesca.
Lo que hoy vemos como torre de la Iglesia,
fue originalmente un torreón defensivo, situado en un promontorio rocoso,
a modo de proa, en la confluencia de dos barrancos, el de Artaso y el
de Novillano, dominando el camino de entrada a la villa y cubriendo las
casas del pueblo que quedan a sus espaldas.
San Felices ofrece al visitante, naturaleza
y primitivismo, paz y tranquilidad, sólo sobresaltada por el ganado que
pace dueño y señor de tierras y montes; pero también la más
alta tecnología en matería de energías renovables.
Hasta el año 1999 no contaba ni con alumbrado, ni con agua corriente;
ni aun vertido. Hoy, una estación fotovoltaica suministra energía
tanto para el alumbrado público, como para el doméstico
y monumental. La instalación de agua de boca y el vertido, han
sido las obras efectuadas, complementarias a las de electrificación.
En San Felices habitan en la actualidad tres personas.
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